Puente medieval de Manresa (2)

Pont vell desde la Seu de  Manresa, río Cardener
He leído en El rincón de Sele:
Nada menos que ocho arcos de medio punto que disminuyen de tamaño proporcionalmente a medida se alejan del que se encuentra en el centro sostienen este puente con la clásica estructura de “lomo de asno” (con ascenso y descenso) por el que durante siglos se salvaba el río Cardener. Dicen que hubo uno romano anterior del medieval que sobrevivió hasta 1939 cuando fue destruido en la Guerra Civil española. Afortunadamente fue reconstruido sobre sus antiguos pilares a principios de los años sesenta para seguir siendo uno de los emblemas más reconocibles de Manresa y la mejor entrada posible a la ciudad catalana. Todavía uno puede imaginarse a San Ignacio de Loyola caminando por su empedrado en 1522 con los pies descalzos y vestido con harapos de mendigo (se cuenta que era la tela de un saco ajustada con un cordel). Entonces pasaría desapercibido porque nadie hubiera podido intuir que se trataba del huésped más ilustre con el que contaría la ciudad.

Existe una leyenda sobre el puente viejo de Manresa que cuenta que hace mucho tiempo los diablos causaron estragos en la ciudad, hechizando y, por tanto, endemoniando a todas las personas que cruzaban el río Cardener. Los cónsules de Manresa, atemorizados por esta situación, reclamaron una y otra vez las reliquias de San Valentín custodiadas por los monjes en el monasterio de San Benito de Bages. Y, aunque éstos no eran muy proclives a sacar de allí los restos de este santo, accedieron a la desesperada petición de los cónsules. Cuando recibieron las reliquias las colocaron ipso facto bajo el puente. Entonces todos los diablos desaparecieron para siempre. Aunque los cónsules no cumplieron su palabra de devolvérselas a los monjes tras cumplir su cometido, dado el excelente resultado de la misión. Pero pronto desaparecerían de allí para ser halladas en unas zarzas próximas al monasterio. Así que si cruzas el pont vell, ten cuidado, a ver si ha sobrevivido algún diablo…
 
Fotografía: Pilar Vidal Clavería
mayo 2015 

 

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